Lo primero que debes saber es que hay muchos tipos de correctores con diferentes texturas, por lo que está bien conocerlos y elegir el que mejor se adapte a tu piel y sirva para conseguir el efecto que deseas:
- Barra: cubre bastante bien cualquier imperfección pero hay que aplicar una pequeña cantidad en la zona a cubrir para evitar marcar líneas de expresión y elegir un tono más claro que el de tu piel. Es ideal para cutis jóvenes.
- Crema: su cobertura densa es estupenda para ojeras e imperfecciones profundas.
- Líquido: es el más sencillo de usar y ofrece una cobertura media para tapar ojeras y otras imperfecciones pequeñas como puntos negros. No es muy indicado para pieles grasas.
- Polvo: los correctores en polvo no cubren en exceso pero su textura es muy buena para tapar granitos en pieles grasas.
- Mousse: correctores de textura ligera y de amplia cobertura que en contacto con la piel se convierten en polvo.
Una vez aprendida la teoría, ¡vamos a por la práctica! Te contamos para qué sirven los correctores de colores más comunes:
1. Blanco: el corrector
blanco sirve, básicamente, más como iluminador que como corrector. Por
ello jamás debe ser usado para tapar, por ejemplo, ojeras o granitos.
2. Corrector verde: el corrector verde es ideal para disimular rojeces y granitos.
3. Corrector azul: el corrector azul, sirve de maravilla para ocultar defectos naranjas.
4. Corrector naranja: va perfecto para disimular pecas y manchas marrones, lunares u ojeras en tonos marrones.
5. Corrector morado: este corrector es perfecto para unificar las pieles que tienen un subtono amarillo muy pronunciado o para manchas amarillentas.
6. Corrector color salmón: sirve para neutralizar imperfecciones en tonos verdosos, como cuando las ojeras surgen en este tono.
7. Corrector amarillo:
si las ojeras que necesitas corregir son moradas, ¡no apliques
iluminador! Aplica un corrector amarillo. También sirve para unificar
zonas que no estén muy pigmentadas como rojeces ligeras.
¿Cómo se aplica?
1 Coge una pequeña cantidad del producto y aplícalo con el dedo anular o con una brocha especial para corrector dando ligeros golpecitos en la zona. Difumínalo bien con movimientos suaves y circulares controlando siempre la presión para evitar arrugas prematuras.
2 Para la zona de las ojeras elige el corrector que
más se aproxime al color natural de tu piel o en un tono más claro para
iluminar tu mirada. Aplica unas gotitas en la parte inferior de los ojos
y extiéndelo con pequeños toques sin arrastrar el producto. Es muy
importante difuminar los extremos para que quede totalmente adaptado al tono de la piel evitando esos cortes tan antiestéticos.
¿Cómo se aplica?
1 Coge una pequeña cantidad del producto y aplícalo con el dedo anular o con una brocha especial para corrector dando ligeros golpecitos en la zona. Difumínalo bien con movimientos suaves y circulares controlando siempre la presión para evitar arrugas prematuras.
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